El reto era equilibrado: modernizar sin borrar el pasado. Para ello, partimos de los elementos que han acompañado a la marca durante años —el balón y la escuadra, utilizados como símbolo gráfico— y planteamos nuevas formas de representarlos con un lenguaje visual más actual, separado del logotipo principal pero con fuerza propia. No se integran en la tipografía ni en la "O" del nombre, sino que funcionan como un distintivo visual autónomo, adaptable a diferentes soportes y formatos. Revisamos por completo la tipografía, apostando por una más limpia, moderna y digital, capaz de responder al crecimiento del canal, especialmente en entornos como el podcast y el vídeo. Además, trabajamos en una actualización del color naranja, haciéndolo más vibrante y contemporáneo, sin perder su valor como seña de identidad de la marca.